No tengo porqué mentir. Cierta vez vi (me topé) en Bolonia (Italia) con una hoja de lechuga por el suelo. Suelta, caida, echada a perder. Recostada sobre una enorme malla de metal con orificios perfectamente circulares. de un tamaño semejante al grosor de un lapiz cualquiera
No tengo por que mentir. Cierta vez vi (me topé) en Barcelona (España) un area faltante de baldosas rojas y cuadradas por el suelo que se daba el gusto (el lujo) de tener una parte tras la reja el resto por fuera. La reja por su parte, ponia una pata justo cerca del area y la otra por fuera del grupo de baldosas como tal.
No tengo porqué mentir. Cierta vez vi (me topé) en Málaga (España) con una prenda interior femenina de color negro por el suelo en plena esquina curba de la calle no muy lejos de una alcantarilla con huequitos rectangulares tan negros como el sosten